Sin embargo, entre tanta desilusión
y tendencia al desapego, a veces surgen movimientos que reivindican la
importancia del amor. Uno de esos movimientos, del que vengo a hablar hoy, es
el de la serie de Los Bridgerton. Una serie que por cierto, ha batido todos los
récords, convirtiéndose en la serie más vista de habla inglesa de la historia de la plataforma Netflix.
Locuras de escapatoria
Delirios, esperanzas y otros sueños para evadirse de la realidad.
sábado, 7 de mayo de 2022
La magia de Los Bridgerton
sábado, 3 de octubre de 2020
Sentimientos de usar y tirar.
Vivimos en un tiempo en el que pareciera que hay que pedir perdón por tener sentimientos. Como si estuviera mal querer demasiado o cogerle cariño a alguien muy pronto. Como si estuviera prohibido dejar volar al corazón a las primeras de cambio. La gente que comete ese "error" es tachada de rarita, de romántica, de tonta. Y lo siento pero no, no me creo que sea algo tan fuera de lo común, eso de que conozcas a alguien que te mueva las entrañas, que te revuelva todo en tu interior. Eso de que conectes tanto con una persona que desde entonces no hagas más que pensar en volver a estar a su lado. Nos ha pasado (o nos va a pasar) a todos. Y lo sabes desde que inicias la primera conversación con esa persona. Lo sabes desde la primera mirada. No es locura, es certeza. Lo sientes y ya está. A veces no necesitas más que unas horas para saber que sientes algo especial. No tiene nada de malo. Somos seres humanos, seres racionales, seres capaces de sentir emociones. El problema es que por desgracia vivimos en un mundo superficial, autómata e impersonal. No está de moda ser un sentimental. Lo que se lleva ahora es todo lo contrario. Se llevan los sentimientos de usar y tirar, se lleva hacernos los duros, como si no nos importara nada ni nadie.
Sin embargo, creo que ocultar lo que sentimos al final es más una manera de sobrevivir, un escudo. No es lo que nos gustaría hacer realmente, pero es lo que nos vemos obligados a hacer para no salir heridos. Porque sabemos que lo más probable es que si decimos lo que sentimos demasiado pronto, no se nos tome en serio, se rían de nosotros. Lo más probable es que nos explote en la cara. Entonces es más fácil hacer así: disimular, esconder, aparentar. Y es una verdadera lástima, porque ¿cuántas historias de amor se pierden a diario por temor a quedar mal, a hacer el ridículo? ¿Cuántas palabras bonitas se quedan en el tintero? ¿Cuántos sueños se quedan solo en eso?
Ojalá fuera más fácil. Ojalá querer no nos provocara tantos problemas. Ojalá sentir de más no implicara vivir de menos.
K.
jueves, 17 de octubre de 2019
Marea
sábado, 2 de marzo de 2019
Sobre la inspiración perdida
Creo que yo la perdí hace ya algún tiempo, pero esa es otra historia. Supongo que ahora solo toca esperar a que regrese esa magia que me devuelva un buen motivo para escribir otra vez. Decían por ahí que son tiempos difíciles para los soñadores, y qué gran verdad. En un mundo cada vez más deshumanizado, resulta complicado hacerse un hueco cuando eres alguien de emociones a flor de piel. Pareciera que expresar sentimientos abiertamente es algo pasado de moda, anticuado, casi extinto. Quizás esa desidia generalizada que impregna casi todo hoy en día me ha contagiado a mí también. Aunque pensándolo bien, el solo hecho de estar aquí, echando de menos mis ganas de escribir de antaño, signifique que no todo está perdido. Se trata de rachas, de idas y venidas, de vaivenes, de comienzos y finales. Pero mientras se siga manteniendo la ilusión de reencontrarnos de nuevo con un rayo de luz, hay esperanza. Y mientras haya esperanza... entonces ya está ganada la mitad del camino.
domingo, 17 de junio de 2018
Cenizas
No soplará el viento igual que aquella brisa fresca de verano en pleno otoño.
No habrá luz tan brillante como aquel resplandor en medio de la oscuridad.
No habrá aroma más agradable que aquel que conociste en aquella tarde.
Pero no importa. Porque también se pueden construir cosas maravillosas desde las cenizas. También se puede convertir recuerdos en moralejas, y convertir las moralejas en nuevos sueños. Y es que al final la vida es eso: soñar, vivir, recordar, olvidar y vuelta a empezar. Ciclos.